El autor del presente informe es el CCARS que pretende consolidar su trayectoria como el principal referente en España en materia de evaluación del estado de la ciencia sobre los efectos de las emisiones radioeléctricas sobre la salud. Su objetivo es facilitar a la sociedad una información basada en las mejores evidencias científicas desde una posición libre e independiente que tenga en cuenta la dimensión científica, tecnológica, jurídica, institucional y social de exposición a los campos electromagnéticos de radiofrecuencias. Desde enero de 2016 el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) ha asumido la dirección y coordinación de las actividades del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS).
El presente documento supone la quinta edición del Informe del CCARS y comprende el período de enero de 2013 a junio de 2016. El principal objetivo de este informe es actualizar las evidencias científicas sobre radiofrecuencias y salud publicadas en el período comprendido entre enero de 2013 y junio de 2016.
Se han priorizado para su inclusión en el proceso de revisión los estudios mejor diseñados y que tienen una elevada calidad metodológica. Este tipo de estudios aportan información objetiva y relevante para establecer directrices y recomendaciones sobre los efectos de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia sobre la salud humana.
En esta edición del informe se han incluido nuevos capítulos que revisan las evidencias sobre aspectos novedosos como la redes de telefonía de cuarta generación, las aplicaciones de los sistemas inalámbricos (Wi-Fi), los campos electromagnéticos en bandas de milimétricas o Teraherzios (escáneres de aeropuertos), la compatibilidad electromagnética y los dispositivos implantables, el uso de las RF en medicina y la legislación sobre exposición laboral a campos electromagnéticos.
El análisis crítico de las evidencias respalda que no existen razones técnicas ni sanitarias que justifiquen la imposición arbitraria y discrecional de límites de exposición más exigentes que los recomendados por la OMS-ICNIRP y la Unión Europea. La aplicación de límites más restrictivos implicaría aumentar el número de antenas con el consiguiente impacto visual, social y económico.