Guía de Buenas Prácticas Empresariales en Accesibilidad
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iy digna para todos, se presentan algunas pautas o recomenda-
ciones sencillas, para que el trato a las personas con necesidades
especiales por su movilidad o comunicación sea fácil y fluido.
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Comportamiento con una persona con limitaciones en la
movilidad
Con la persona que utiliza productos de apoyo para caminar (an-
dador, muletas, etc.) se debe tener en cuenta lo siguiente:
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Es buena práctica que el centro de trabajo disponga de sillas
de ruedas, si el desplazamiento por el mismo puede ser dema-
siado largo para las personas con limitaciones de movilidad.
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Cuando se acompaña a una persona que utiliza un producto
de apoyo para desplazarse (muletas, etc.) se debe ajustar el
paso al suyo. Se debe estar atento y protegerlo para evitarle
posibles empujones.
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Nunca se debe indicar a una persona con limitaciones en la
movilidad que se dé prisa.
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Se le debe ofrecer asistencia para transportar los objetos o
paquetes que trae.
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Nunca se le debe separar de sus muletas, bastones o andador.
Con las personas que utilizan silla de ruedas se debe tener en
cuenta lo siguiente:
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Para hablar con una persona que se encuentra en una silla
de ruedas hay que situarse de frente a ella. Si se consulta un
tema relacionado con ella, siempre nos dirigiremos a ella y
sólo a su acompañante si participa en la conversación. En el
caso que se encuentre en un grupo, se debe intentar hablar
con el resto de personas dentro de su campo visual.
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Siempre se le debe ofrecer ayuda antes de empujar la silla de
ruedas.
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Se le debe informar del itinerario y de los detalles del mismo.
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Se debe advertir con anticipación la maniobra que se va a
realizar.
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No se debe empujar la silla deprisa ni realizar maniobras con
brusquedad.
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Al parar la silla se la debe bloquear con los frenos.
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Para salvar un escalón se debe inclinar la silla hacia atrás so-
bre las ruedas traseras.
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Para transferir una persona en silla de ruedas a otro emplaza-
miento, se debe frenar la silla y retirar los reposapiés.
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No debemos apoyarnos en la silla de ruedas, ya que se invade
su espacio personal.
Cuando se camina acompañado de una persona de talla muy baja
hay que aminorar la marcha, ya que el tamaño de sus piernas
hace que sus pasos sean mucho más cortos.
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Comportamiento con una persona con limitaciones visuales
Para un comportamiento adecuado con una persona con disca-
pacidad visual, se deben contemplar las siguientes recomenda-
ciones:
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Siempre que nos dirigimos a una persona con discapacidad
visual, nos identificaremos (quién o qué somos), hablándole
de frente para que perciba que nos dirigimos a ella.
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Si se consulta un tema relacionado con ella, siempre nos di-
rigiremos a ella y sólo a su acompañante si participa en la
conversación.
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Se debe ser concreto y preciso en el mensaje, utilizando términos
orientativos y evitando palabras como “aquí”, “allí”, “eso”, etc.
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Se debe utilizar las palabras “ver”, “mirar”, etc., con natura-
lidad.
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Podemos indicar, si es necesario, qué está ocurriendo o se está
haciendo cuando se produce un silencio.
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Siempre se le debe ofrecer ayuda antes de hacer nada.
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Si debemos guiarle, se le debe ofrecer nuestro brazo, nunca
agarrarle el suyo.
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Debemos avisarle que hay escaleras y colocar su mano en el
pasamanos.
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Se le debe advertir de los obstáculos que se encuentren en su
paso.
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Cuando se pretende dejar a la persona invidente sola, se le
debe advertir antes.
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Cuando pretenda entrar en un automóvil, debemos poner su
mano en el mecanismo de apertura o en la parte superior de
la puerta abierta.
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Comportamiento con una persona con limitaciones auditivas
Entre las personas con discapacidad auditiva se pueden distin-
guir dos grupos, que tienen necesidades de interacción muy di-
ferentes, según el lenguaje de comunicación que utilicen: oral o
de signos.
Para un comportamiento adecuado con una persona con discapa-
cidad auditiva, se deben contemplar las siguientes recomenda-
ciones, tanto si utiliza el lenguaje oral como si emplea el lenguaje
de signos:
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Debemos mirar a los ojos a nuestro interlocutor. Esta acción
nos puede ayudar en dos sentidos: facilitamos su confianza
en nosotros y podemos percibir su expresión facial, de enten-
der o no lo que le indicamos.