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Guía de Buenas Prácticas Empresariales en Accesibilidad

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i

C. SEÑALIZACIÓN

Las plazas de aparcamiento reservadas para personas con movi-

lidad reducida deben ser claramente identificadas y señalizadas

en su conjunto, mediante señalización horizontal y vertical con el

Símbolo Internacional de Accesibilidad (SIA).

Como ya se ha indicado, la plaza de aparcamiento reservada para

personas de movilidad reducida debe disponer del área que ocu-

pará el vehículo y de la necesaria área anexa de transferencia. Es

buena práctica recurrir a una única señalización y a una única de-

limitación de la plaza reservada, con la inclusión del SIA. Por ello,

se debe pintar el pavimento que engloba las plazas reservadas,

de un único color (azul) que contraste con el resto de las plazas

de aparcamiento.

El conjunto de plazas reservadas queda así identificada con el

color azul habitual de la accesibilidad, completada con la corres-

pondiente señalización vertical (SIA), lo que disuade de la ocupa-

ción indebida de dicha plaza de aparcamiento por un usuario sin

movilidad reducida.

La ubicación en las plazas reservadas de la señalización vertical

del símbolo SIA, debe ser tal que no obstaculice las maniobras de

sus usuarios (en silla de ruedas) ni su tránsito hacia el itinerario

peatonal.

Resumen de criterios

La eficiencia en el diseño de una plaza de aparcamiento reserva-

do radica en el espacio dedicado a la transferencia, pues es el que

determina la verdadera posibilidad de utilización.

La unificación de ambas áreas permite la máxima flexibilidad en

el uso y, a su vez, garantiza satisfacer la mayor parte de las situa-

ciones personales.

Las plazas reservadas más eficientes son las plazas de estaciona-

miento en batería y la conexión de estas plazas con el itinerario

peatonal accesible se facilita mediante una plataforma única que

evita el realizar vados.

5.1.2 Interacción entre los itinerarios peatonales y la calzada

Los puntos de cruce entre los itinerarios peatonales y la calzada

deben diseñarse primando la seguridad de los peatones. Igual-

mente, en estos puntos se debe asegurar que el tránsito de los

peatones se realice de forma continua y autónoma en todo su

desarrollo.

Por otra parte, los bolardos, las vallas, las jardineras, etc., son ele-

mentos de protección que se utilizan para delimitar el itinerario

peatonal con un doble objetivo: evitar que los peatones invadan

inopinadamente la calzada y para defender el itinerario peatonal

tanto del tráfico rodado como del estacionamiento indebido de

vehículos.

5.1.2.1 Vado peatonal y paso de peatones

Los elementos a considerar en los puntos de cruce entre los iti-

nerarios peatonales y la calzada son: la necesaria señalización

del paso de peatones para su detección, el vado necesario para

salvar el desnivel y el propio paso de peatones; y, como elemento

complementario, el sistema de evacuación de aguas de escorrentía.

Definiciones:

Vado de peatones: Es el elemento que, a través de planos

inclinados realizados en la acera, salva el desnivel existente

entre la acera y la calzada.

Paso de peatones: Es el espacio acotado de la calzada por el

que se permite cruzarla y que dota de prioridad al peatón

frente al vehículo (salvo en pasos regulados por semáforos).

A. SEÑALIZACIÓN DEL PASO DE PEATONES

Con relación a la señalización en la calzada, el paso de peatones

debe disponer de dos señalizaciones para indicar la existencia del

mismo y para delimitar su ámbito: tanto vertical (señal de tráfi-

co), como horizontal (cebrado), consistente en bandas de 50 cm

de anchura de pintura antideslizante.

Con la señalización en la acera se pretende:

SEÑALIZACIÓN

En los aparcamientos subterráneos es más idóneo que la señal que identi-

fica una plaza reservada se cuelgue del techo, para evitar que obstaculice

las maniobras del usuario de silla de ruedas. (Fotografía cedida por FCC)

SEÑALIZACIÓN

Fotografía cedida por AENA)