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Guía de Buenas Prácticas Empresariales en Accesibilidad

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El pavimento del plano inclinado proporcionará una superfi-

cie lisa y antideslizante en seco y en mojado, e incorporará la

señalización táctil a fin de facilitar la seguridad de utilización

de las personas con discapacidad visual.

C. PASOS DE PEATONES

Los pasos de peatones se ubicarán en aquellos puntos en los que

se minimicen las distancias necesarias para efectuar el cruce. Los

pasos de peatones dispondrán de señalización en el plano del

suelo con pintura antideslizante.

Es buena práctica que el itinerario accesible se encuentre en una

plataforma única, así se evita el realizar vados en las aceras para

acceder a los pasos de peatones.

Cuando no sea posible que la acera, que forma parte del itinera-

rio accesible, esté al nivel de la calzada, se podrá elevar el paso de

peatones en toda su superficie al nivel de las aceras.

El paso de peatones con elevación de calzada consiste en elevar

la cota de calzada en la anchura del paso. Para una adecuada se-

ñalización de estos pasos, los conductores serán alertados me-

diante señalización vertical y horizontal en el pavimento; los va-

dos de transición con la calzada se pintarán con triángulos rojos y

blancos alternados y tendrán una pendiente suave.

Es buena práctica, para aumentar la seguridad de las personas

con discapacidades visuales en la utilización de los pasos de pea-

tones, que el trazado de éstos sea perpendicular a la acera. En

cambio, no es buena práctica que el paso de peatones ocupe par-

te o toda una esquina de la acera, porque puede desorientar y

hacer que estas personas identifiquen erróneamente la zona de

cruce y entren en zona de la calzada no protegida.

5.1.2.2 Elementos de protección al peatón

Como ya se ha indicado, los bolardos, las vallas, las jardineras,

etc., son elementos de protección al peatón frente al tráfico ro-

dado. Especialmente, se deben emplear elementos de protec-

ción en esquinas u otras situaciones en las que sea probable la

confusión del peatón con discapacidad visual al reconocer los

límites entre calzada y acera. El empleo de vallas, jardineras

corridas o maceteros puede ser más eficaz y adecuado que los

bolardos.

Estos elementos están destinados a delimitar las áreas de circu-

lación del peatón y del vehículo, impidiendo la intrusión de éste

en las aceras. Si bien este conflicto radica en un problema de con-

cienciación y civismo de los usuarios de vehículos en la vía públi-

ca, circunstancia no aceptable en el ámbito laboral de un centro

de trabajo, ya que el empresario puede atajar dicho problema

con unas medidas más fáciles de seguimiento, en comparación

con las autoridades municipales en el ámbito urbano.

A. BOLARDOS

Los bolardos son elementos que se instalan en las aceras para

proteger a los peatones del tráfico rodado o para evitar aparca-

mientos indebidos sobre áreas peatonales.

Se deben ubicar de forma alineada en el borde de la acera, a una

distancia mínima de 10 cm de la calzada. En ningún caso invadi-

rán el itinerario peatonal accesible ni reducirán su anchura en los

cruces u otros puntos del recorrido. En los itinerarios peatonales

accesibles no se deben instalar bolardos en su área de tránsito

(sentido transversal al de la marcha), por la dificultad que presen-

tan para ser detectados entre una gran densidad de circulación

peatonal o por la confusión que pueden provocar a las personas

con discapacidad visual. La instalación de bolardos en los itinera-

rios peatonales accesibles supone una falta de seguridad para las

personas con discapacidad visual.

Paso de peatones y acera al mismo nivel; además, la diferenciación cromá-

tica entre distintos ámbitos facilita la identificación de la zona peatonal.

(Fotografía cedida por Campofrío)

Se muestra una escalera cancelada mediante una barandilla permanente,

con el objeto de que el peatón no invada la calzada por zona no protegida,

debido a un cambio de la distribución de itinerarios peatonales.

(Fotografía cedida por Azucarera)