Guía de Buenas Prácticas Empresariales en Accesibilidad
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iSe puede afirmar que la causa que produce más damnificados en
una evacuación de un incendio es la intoxicación por humo, en-
tendiendo como humo la mezcla visible de gases producida por la
combustión de una sustancia, generalmente compuesta de car-
bono, y que arrastra partículas en suspensión.
En consecuencia, se deben diseñar o conseguir dos circuitos am-
bientales, uno exento de humos (ambiente respirable), que co-
rresponderá a los distintos recorridos generales de evacuación,
y otro en donde se confine el incendio y los humos que genera
(ambiente tóxico). El primer objetivo de la evacuación es facilitar
a los ocupantes el llegar a ese recorrido protegido.
Todo recorrido de evacuación protegido debe constituir un sec-
tor de incendios, es decir, una zona del edificio compartimentada
respecto del resto del edificio, mediante elementos separadores
resistentes al fuego, que para ello deben cumplir, entre otras, las
condiciones de ausencia de emisión de gases inflamables por la
cara no expuesta al fuego y de estanqueidad al paso de llamas o
gases calientes.
Un sector de incendios no debe perder su condición de estan-
queidad (mientras dure la evacuación) para asegurar un ambien-
te respirable y, en consecuencia, una evacuación eficaz por dicho
recorrido protegido.
Una buena práctica es prever una posible pérdida de estanquei-
dad de los sectores de incendios que configuran los recorridos
generales de evacuación.
Mediante detectores de humos en dichos recorridos protegidos
se puede detectar el nivel que se determine de éstos que haga
saltar el sistema de ventilación por sobrepresión en dichos reco-
rridos, con el que se mantendría un nivel de oxígeno (aire respi-
rable) suficiente para permitir una evacuación adecuada. La ins-
talación de este tipo de ventilación es muy aconsejable en cada
escalera de evacuación que constituya un sector de incendios.
Una vez que una persona logra alcanzar un recorrido protegido
su evacuación es franca si se evitan los tumultos.
•
Binomio señalización-iluminación
Cuando el responsable de la evacuación del centro de trabajo
ordena la misma y se avisa a los ocupantes con los medios dispo-
nibles, se debe conseguir que mediante la señalización todos los
ocupantes tomen el recorrido de evacuación más idóneo desde
su posición.
La señalización debe ser tal que no ofrezca ninguna duda de in-
terpretación y debe estar colocada de tal manera que conduzca
al ocupante por el recorrido que debe utilizar sin necesidad de
realizar ningún juicio o reflexión, sólo siguiendo las señales de
forma instintiva.
Para ello las señales deben ser suficientemente explícitas, tener las
dimensiones y la situaciónmás adecuadas. Para definir estas carac-
terísticas de la señalización se debe tener en cuenta las discapaci-
dades presentes en la plantilla y las más habituales en la población.
Lo normal es instalar señalización de evacuación visual, pero
en el caso de aseos, de ubicaciones de muy baja ocupación o de
personal que trabaja aislado, sería una buena práctica instalar
también una señalización acústica que condujera a la persona
invidente o con deficiencia visual hasta un punto de encuentro,
desde donde pueda ser auxiliado en la evacuación. En el resto
de situaciones el plan de emergencia debe establecer el proce-
dimiento para asistir en la evacuación a las personas presentes
con discapacidad visual.
En los centros de trabajo en los que los recorridos generales de
evacuación no coinciden con el recorrido habitual de acceso al
puesto de trabajo, se debe eliminar la predisposición del trabaja-
dor a tomar el camino habitual en caso de evacuación. Por ese y
otros muchos motivos es pertinente realizar simulacros de eva-
cuación, para interiorizar el recorrido de evacuación y en caso de
emergencia seguir dicho recorrido y no el que se utiliza todos los
días para salir del centro.
El pánico puede generar tumultos que hagan fracasar el desarro-
llo de una evacuación ordenada y eficaz. Para evitar, en lo posi-
ble, situaciones de pánico en una evacuación, es imprescindible
que las personas que están evacuando vean por donde deben ir,
por lo que todo el recorrido de evacuación debe estar iluminado
por las luminarias del alumbrado de emergencia. Si por falta de
mantenimiento una zona del recorrido de evacuación queda a
oscuras es muy posible que se produzcan situaciones de pánico
que hay que evitar a toda costa, para ello no existe una solución
más fácil y segura que un mantenimiento eficaz de dicho sistema.
B. PRODUCTOS DE APOYO PARA LA EVACUACIÓN DE LAS
PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Como producto de apoyo para la evacuación de personas con
movilidad reducida se encuentra la silla de evacuación por esca-
leras, que es una solución para bajar escaleras en una evacuación
de emergencia.
Es buena práctica disponer de las sillas de evacuación por escale-
ras necesarias para que los equipos de evacuación del centro de
trabajo puedan desalojar a las personas con movilidad reducida
que no puedan evacuar por sus propios medios.
Si la instalación dispone de áreas de refugio, se deben proveer
estas áreas de sillas de evacuación por escaleras. Si no se dis-
pone de áreas de refugio, dichas sillas deberán estar ubicadas
en un sector de evacuación alternativo, su ubicación debe ser
visible y debidamente señalizada; que se encuentren libres de
obstáculos, para facilitar su apertura; y con una zona que no in-
terfiera el itinerario de evacuación para garantizar la seguridad
de la persona mientras realiza la operación de transferencia.
Para facilitar su localización, las sillas de evacuación de perso-
nas con movilidad reducida se deben situar en lugares visibles,
debidamente señalizados y libres de obstáculos para agilizar su
retirada del sistema de anclaje, así como su posterior apertura
y manejo.
Gracias a su diseño se puede realizar un descenso controlado